8 de octubre de 2012

La marea








Ahogados en la marea de lo irreal,
permanente y latente, sujeto a la tempestad.
Danzamos en este remolino de perpetuidad,
Atados a una esperanza que a penas quiere flotar.

Perdidos e inocentes,
vestidos de incredulidad,
los hijos de este tiempo,
fuera del tiempo, cerca del final.

Y a todos nos parece no poder escapar,
de esta marea terrible,
océano y oleaje imbatible,
un torbellino de mediocridad.

En la gris mar de lo intemporal,
en la locura sublime de lo existencial.
En las cuentas, la casa, los hijos,
un breve lapso de absurdo total.

El temporal de la vida no quiere amainar,
y alguno entre la multitud se anima a gritar.
Pero las olas lo atrapan, no lo dejarán hablar,
todos están mas preocupados en tratar de flotar.

Cada tanto en la orilla de la locura,
solo y flotando lo ven llegar,
bajo el sol de la demencia, otro cuerpo boca a bajo,
víctima de la marea, muerto en vida,
perdido en la playa por siempre dormirá.


Griel  08/10/12

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