29 de enero de 2012

Luna





Bailas descalza y de plata
entre praderas de estrellas
Bailas vestida de firmamento
brillan cometas en tus pulseras.

Alegre vas contra el viento
ante ti se alzan las mareas
Baila mi amada Luna
Mi amiga en esta larga espera

Recorriendo los cielos eterna
inalcanzable, pero siempre sincera.
regalando sueños en cada noche
iluminando los desvelos de quien te observa

Doncella diadema de plata
Hermosa, radiante e imperecedera
Danza eterna y por siempre
Baila mi Luna, que un nuevo anochecer te espera!


Griel  29/01/12


25 de enero de 2012

El árbol del Rencor


Un árbol de raíces negras
Que creció en un verde jardín
Regado por antiguos rencores
De rojas flores, que jamás olvidaras

En el patio de un bello castillo
Del ansiado reino, llamado Ilusión
El árbol encontró cobijo en su sitio
Y despertó poco a poco, la Desolación.

Nació de una semilla, llamada Duda
Y se alimentó de la tierra gris del Dolor
Absorbió la luz de toda Alegría
Y con su sombra ocultó todo a su alrededor

Al principio fue pequeño, pareció débil
Incluso a algunos despertó Compasión
Pero el árbol seguía creciendo despacio
Tragándose el Miedo con Devoción.

Creció y creció muy alto hasta el cielo
Al castillo luminoso con enredaderas cubrió
La tristeza invadió a los habitantes del castillo
Y con Melancolía uno a uno huyó

Porque el oscuro árbol lo devoro todo
Dejando la ruina, dejando Dolor
Privando de lo verde y hermoso a todos
En aquel hermoso castillo, llamado Ilusión

Griel

La Espada Rota



Como lamento que esta herida aun me sangre así.
Como lamento haber perdido la fe y la esperanza.
Lamento que la oscuridad prevalezca y que la espada que una vez brillo radiante,
que lució victoriosa entre los ardores de la batalla, hoy este quebrada y caída.
Tal vez era cierto, al final quien es malo vence y quienes  oscuras intenciones guardan,
logran imponerse tarde o temprano, por fruto de su veneno.
El daño esta hecho y la alianza que una vez fue inquebrantable, hoy esta rota.
Lo que pudo ser eterno, hoy es como el aroma tímido de una flor que se disipa
ante la escarcha cruel del mas terrible invierno.
Este, es el invierno de mis días, donde la noche es larga y la luz ya no calienta.
Donde el sol se ve lejano y quejumbroso, pues bellas son las palabras pero ahora,
ya no guardan su antiguo y luminoso reflejo.
El sueño a terminado y mi voz, resonará como un címbalo roto,
con su eco tortuoso, recordándome una y otra vez, donde fallé.
El imperecedero castigo de desear lo que las manos quema y el corazón desangra.
De sufrir entero lo que el espíritu demanda, del deseo que se escapa.
Volveré a la sombra, donde ahí descansan todos mis sueños quebrados,
con la espada rota, aquella que tal vez, nunca mas sea forjada.

Griel

Valkiria



Doncella guerrera
Arrullo del alba
Que con tu lanza rompes
La oscuridad de la batalla

Suplicio del cobarde
Ungüento del valiente
Socorro bendito
De la esperanza siempre presente

¡OH! ¡Doncella del ocaso!
Elixir de la vida
Que cobijas a los caídos
Con tu luz, con tu sonrisa bienvenida

Guerrera de cabellos al viento
Que cabalgas indomable, imperecedera
Con tu carga de valientes vas marchando
Siempre bien dispuesta para la guerra

Orgullo de Odín y del Valhalla
Siempre lista para entrar en el combate
¡OH Valkiria ven a mí en esta noche!
¡Yo te ruego, que en batalla nunca me desampares!

Griel

Cuatro versos de verano y una guitarra que llora


Me voy, en una dulce brisa
En un suspiro lejano
En un anhelo escondido
En un recuerdo alejado

Me voy en el sutil sueño de una guitarra lejana
En las hojas de otoño cayendo serenas
En los caminos de tierra
Que levantan su polvareda

Entre luces y sombras
De un concierto que termina
Me voy, lento y tranquilo
Entre aplausos que se marchitan

Con el calor de un ocaso
Y el frío de la tardecita
Me voy, dulce niña
Con el sonido fugaz que se precipita

Abrazado a mis sonetos
Bañado en la dulce prisa
De saber que me voy y siempre vuelvo
De saber que la música siempre me resucita.

Griel

Testamento para una Resurrección



A quien corresponda:

Comienzo esta carta a un desconocid@, a un testig@ mud@ como una vez lo fui yo. Como lo somos todos a lo largo de la vida.

Mi vida no tuvo grandes batallas épicas para relatar, no fui ni rey ni soldado, mucho menos poeta o trovador. Fui un simple ser humano, rodeado de los avatares de la vida mortal. Ame y odie, llore y reí, me esforcé por llegar y muchas veces me rendí, pero continúe existiendo. Continúe caminando, cuando no hubo más opción que solo avanzar para ver que me deparaba la siguiente encrucijada.

Traicione y fui traicionado, con orgullo y sin el, pienso que me equivoque las suficientes veces como para mejorar, aunque muchas veces empeoré.

No puedo contar ni describir con lujo de detalles los 25 años que he vivido sobre este mundo, solo puedo decirte, anónimo amig@, que hice lo mejor que pude aunque no fue suficiente. Me canse de arrastrarme y ser arrastrado, porque quise lo inalcanzable y vi que muchas veces son los malos los que ganan al final del cuento.

La culpa fue mía muchas veces, y sé que sonreirás cuando leas esto, dirás que cierto y que falso es al mismo tiempo, y tendrás razón porque la vida es ambigüedad pura.

Amé con pasión, con mucha pasión, tanta que deje que muchas veces me hiciera caminar como un ciego en un campo minado. Me embriague tanto de amor desenfrenado que fui egoísta y cruel, porque hinche mi orgullo por cosas que jamás me pertenecieron. Aprendí que el amor es como las flores del campo, puedes verlas y sentir su fragancia, pero nunca podrás poseer una flor sin verla marchitarse entre tus manos. Cuanto más la retienes, mas se queda sin vida y la vez deshojarse como cuando el invierno cruel deja caer su manto sobre todo lo que este mundo puede ofrecernos. En esos momentos de intenso frío, en esas noches estelares en que las estrellas titilan inertes sobre el campo azul oscuro del firmamento helado, piensas, que pequeños somos, que pequeña es la flor aunque se desborde de hermosura. Que grandes he invencibles nos sentimos y que insignificantes solemos ser.


Me deje llevar, predique una cosa he hice otra., porque la pasión le gano la partida a la razón muchas, muchas veces. Pero fui feliz, no creas que todo fue dolor y desdicha. Aprendí mucho de los viejos que con su sabiduría me legaron sus golpes. Vi paisajes que ni en mi mas remoto sueño de niño, en una tarde gris de lluvia, mirando la ciudad llorar por una ventana pude siquiera imaginar. Supe lo que es volar y ver la inmensidad de la Tierra desnuda. Y conocí a una mujer.


Conocí una mujer, la amé, la hice sufrir y me hizo sufrir y entendí que los imperios se levantan y caen, desde que el mundo es mundo, por amor.

Comprendo que el mundo se mueve y muere por amor, que los ciclos de la luna y las estrellas se mantienen en eterno movimiento por amor. Que la gente mata y muere por amor, que a el vamos y de el venimos y siempre giramos y giramos por amor.

A veces amor maldito, otras amor puro he ideal, pero siempre mi querid@ amig@, es amor el que nos continua impulsando a vivir. Amor en todas sus formas, amor por una madre, amor por un hermano, amor por esa compañera ideal que nos apañe en las horas de aflicción, y nos abofetea cuando necesitamos ese golpe salvador para seguir de pie.

Pero el amor me mató, o yo me suicide…no lo recuerdo bien. Creo que fue un poco de ambas cosas. Vi la flor, la apreté y me apuñale para morir con ella entre las manos.

Como en el último acto de una tragedia, me mate por amor.

Y en el renací, porque no se puede llegar al final, porque el final es un comienzo y viceversa. Porque siempre es así.

 Por eso, mi herman@, mi amig@, mi querid@ desconocid@ cuando leas esto, entiende que aunque no te conozco, te amo, porque caminamos juntos, tu en tu vida y yo en mi muerte. Porque como día y noche, luz y sombra, caminamos de la mano hacia lo desconocido. Yo renaceré y tú te volverás polvo y nos volveremos a encontrar en el Río Aqueronte, donde las almas pagan el viaje con monedas de plata. Allí nos veremos, nos daremos un abrazo fraterno y seguiremos juntos siempre.

Porque quiero que sepas, que siempre pero siempre, pase lo que pase sepas que todo vale la pena. Aunque duela y te rechinen los dientes….lárgale una carcajada a la vida, sonríe aunque la sangre te empañe la vista y las heridas no te dejen avanzar.

Somos eternos, mientras amemos y seamos recordados.

Tuyo en la Vida y en la Muerte, por Amor.

Griel

El prisionero Número 33



Atrapado una vez más
En esta cruel habitación
Deslumbro sin más,
Que el amanecer ya llego

Y aunque la luz del sol
Alumbra a todos por igual
Su calor, vedado esta
Para quienes buscamos la verdad

El prisionero 33
Ni nombre, ni raza
Solo un numero soy
En esta oscura prisión

Porque este camino elegí
De frío, tinieblas y dolor
Alto precio a pagar
Esa es mi única razón.

Y hoy prisionero soy
De las ideas que defendí
Y aunque negado estoy
Se que vale la pena vivir

Aunque para ti muerto estoy
En la sangre de otros renací
Aunque me niegues, aquí estoy
Porque en mis ideas siempre voy a vivir.


“Las ideas son a prueba de balas”

Griel

Señor G



Una vez tuve muchos nombres,
Muchas veces, tuve muchos rostros.
Fui dios, ángel, demonio
Vagabundo y Rey
Pero en esta ocasión…llámame Griel.

No se de donde surgí
Tal vez de una estrella, solo tal vez
Opaca y oscura, de allí me escape
Me caí en la Tierra y allí te encontré.

Me has visto muchas veces
Y no tantas, y sabrás porque
Me mezcle en otros cuerpos
Para que me pudieras ver

Hice que otros con sus manos
Escribieran y te hicieran saber
Que siempre estuve presente
Que siempre a ti quise volver

Y aunque me perdí otras tantas veces
Siempre has de saber,
Que aun cuando no me conocías
De mi ya sabias…que el amor comienza con G

Incendio



Inundado por la noche y sus vapores
Reflexiono entre sombras paralelas
Cual pilares de un oscuro templo
Donde las olas negras golpean pasajeras

Tal vez no todo lo que reluce es oro
Y las sendas de este bosque son inciertas
Son muchas las saetas que cual rayos
Golpean mi cabeza ya cubierta

Cabizbajo y taciturno yo comienzo
A recitar esta oda a la demencia
Paranoicos y errantes esos duendes
Que danzando han venido ya a la fiesta

Celebremos por el mundo y sus desdichas
Cantemos y bebamos en la hoguera
Cual Nerón, embriagados de locura
Celebran el incendio y sus quimeras

Levantemos nuestras copas, todos juntos
Por las miserias y desdichas de esta tierra
Por las traiciones, los imperios ya caídos
Por todo lo que aun en esta vida nos espera

Griel

Al bufón y sus mentiras



Prisionero de sueños
Enfermizo es tu rumbo
Porque caído vas, creyéndote dueño
De lo que para ti no es eterno

Creíste que mis versos
Eran burbujas en un reino
De rosas espinadas
Que jamás alcanzaras

Ardides de serpiente
Solo eso y nada más
En pesadillas, que construyes
Y crees que solo así reinaras

No escape de los infiernos
Para verte destruir sin más
Lo que con esfuerzo he labrado
Mi paciencia vencerá

La partida ha comenzado
Y se justo que pieza moverás
Solo quiero que tengas claro
Que en este tablero, tus mentiras acabaran

“Alea Jacta Est”

Griel  17/11/11

Para que me recuerdes



Para que me recuerdes
Me envolveré en el sonido del bosque
Y cuando veas sus hojas llorar
El viento te susurre mi nombre

Robaré las estrellas de las constelaciones
Para forjarte con mis manos una corona
Plateada diadema en tus sienes
En la que los dioses envidiaran tu hermosura

Para que me recuerdes los mares bramaran la locura
De saber que una vez tu cuerpo y el mío fueron uno
Dos almas que danzaron entre las olas
Y se perdieron en la espuma

Como dos pares de huellas en la arena
De una playa de un Malpaís lejano
En las costas de los océanos de Plutón
De nuestro reino, que jamás será olvidado.

Para que me recuerdes, en el castillo de tu mente
Estaré en cada habitación vacía
En cada recuerdo lejano
En cada gemido, en cada partida.

Porque siempre será un regreso
Y nunca será adiós, sino hasta luego
Eterno en el fuego de tu sangre
Para que me recuerdes, y nunca mas
Lo que el Destino unió, sea separado.

Griel

Invocación



Espíritus guardianes, escuchad mi llamado
Que desde lo profundo del Averno
¡Os he invocado!

Elementales terrestres
Venid a mí, alzad vuestros titanes
Que los montes rujan, escupid vuestra ira
En los cimientos de la Tierra

Ondinas de las aguas
Oleajes salvajes e indomables
Aplastad los puertos de los hombres
Castigad las costas sin clemencia

Silfos de los vientos
Tornados de caos y desdicha
Que las torres sientan vuestra fuerza
Y los campos sean arrasados

¡Salamandras! guardianas del Fuego
Salid de vuestros nidos, los volcanes
Escupid el fuego en todas partes
Ígneas lenguas de caótica presencia

Pues sin el quinto elemento, la sapiencia
La cadena que en mi pensamiento os ata
Esclavas del verbo eterno
¡Venid a mí!
¡Escuchad mi voz que os clama!

Griel

Errante



En un desierto sin horizonte
Caminaba un viajante perdido
Buscando lo que no le era conocido
Pero sin embargo buscaba poder encontrar

Un lejano anhelo, tal vez
Indigno para un mortal
Marcado en la tierra de Nod
Herido, sin poder dejar de vagar

Solitario es el destino
De un pobre desalmado
Sin un solo poblado
Donde poder descansar

Porque errante has nacido
Y errante morirás
Peregrino de los tiempos
Nunca hallarás el final

Continúa  caminando
Un pie y otro, otro más
Que en los senderos del Destino
Jamás podrás regresar

Griel

Espiral



En espiral
Siempre en espiral
Cayendo en los abismos
En espiral

De los gritos de otro
Vi sangrar a alguien más
Sentí un aullido secreto
En espiral

En el bosque del secreto
Siempre tendrás que confiar
Algún verso apretado
Que por siempre buscaras

A brazo partido remando
Cuando el rio traga más
Cuando la locura invade
Siempre cayendo
Siempre … En espiral

Griel

Ironía



¡Oh ironía!
Maldita y cruel ironía
Que la distancia y el tiempo
No te hicieron mía

Que te tuve solo en sueños
Como hija de una epifanía
Como una  sombra lejana
Escapada de un rayo de luna

Y te llame cada noche
A ti clame cada día
Buscándote entre mil rostros
Pero en otros brazos tú dormías

Me perdí tus alegrías
Oh maldita y cruel ironía
Injusto es el destino
En esta hora sombría

Porque eres una perla
Que estuvo tanto perdida
Y los cerdos de este mundo
Mancillarte querían

Embriagados de ignorancia
Jamás entenderían
La grácil inteligencia
De tu belleza  ígnea

Que la ironía hoy me ha dado
Tarde o a tiempo
¿Quién lo sabría?
Pero que por fin ha llegado
Tu amor, a todos mis días

Griel

La senda del pensamiento - Primera Parte




"Lo esencial es invisible a los ojos". Antoine de Saint-Exupéry

Cada humano forja su destino con sudor y sangre.
El precio de ser elevado resulta caro, en términos mortales, cuando nuestras mentes finitas no pueden comprender  la valiosa recompensa que supone una vida de llagas y cicatrices.
Heridas que solo tienen una misión, recordarnos que cada golpe que se nos fue dado, nos hizo comprender las implacables leyes del orden Universal.
Pensamientos, ¿de qué se componen las obras magnas de nuestra mente?
Vagamos por los eones del tiempo, navegantes absortos de la maravillosa inmensidad de cien mil vidas y más, tan imposibles de contar como los granos de arena de todas las playas de todos los mundos, de posiblemente, todos los Universos que han de existir en la suprema mente del Todo.
¿Y nos jactamos de nuestro inflado ego terrenal,  enorme y magnificente y ¿será que solo somos un capricho efímero?.¿Una pequeña nota en la eterna sinfonía que pretende ser el maestro de la orquesta o tal vez más, el mismo compositor?
Preguntas que nuestra limitada conciencia, en este plano existencial nos impiden responder con la acertada precisión que merecen. Por eso nuestra balsa en este agitado océano mental, son nuestra propias imágenes mentales, nuestros “golems de ideas”, sirvientes o amos de nuestro destino, nada más y nada menos que nuestros pensamientos.
Los pensamientos se pueden clasificar de infinitas formas, tantas como ellos mismos pueden manifestarse de infinitas formas en nuestra propia mente. Algunos producto de influencias externas, otros pueden ser manifiestos de antiguos recuerdos, tal vez de lejanas existencias.
Muchos pueden manifestarse en hechos o incluso tomar formas variadas dentro y fuera de la intrincada red de nuestra mente. Me atrevo a ir más lejos, y pido disculpas, querido lector…si desafío las reglas de la cordura, pero esta no tiene cabida en el oscuro sendero que lleva a la suprema luz del entendimiento. Incluso nuestros pensamientos pueden cobrar vida.
Cuando pensamos, dibujamos o escribimos en el telar del “espacio-tiempo”, tiramos de sus hilos y lo modificamos, para bien o para mal, aunque estos términos no puedan ser correctamente aplicados porque el Universo no sabe de “malos” o “buenos”, sino de leyes que deben ser respetadas. A veces la energía que imprimimos en ese pensamiento sostenido es tan fuerte, que logramos romper o desestabilizar ese telar que une nuestra “realidad”.
Así podemos crear múltiples efectos en este campo, según la impresión que dejemos, de forma voluntaria o incluso involuntaria. Esta es la ciencia de aplicar “las leyes superiores sobre las inferiores”, haciendo honor al sagrado tentáculo que ha guiado a los Iniciados desde el principio de los tiempos, cuando el Magno Thot despertó del sueño de los hombres del mundo.
A veces esa fuerza es tan grande, que puede crear efectos indeseados, y los pensamientos pueden generar una “pseudo-voluntad”, ya que son extensiones de nuestra propia voluntad, pero que se ven contaminados de nuestros deseos limitados.
No debemos olvidar, que el acto de destrucción, necesario para el orden del Universo, es sencillo de realizar. Pero crear algo manifestando nuestro propio poder y dándole forma con la mente es un acto prodigioso. Miles de vidas se pueden tardar antes que un ser obtenga este magnífico poder. Pensar, proyectar y crear es la llave de una Ascensión exitosa.

Griel  01/09/11

Historias de Antaño Parte III: Ese Horrible Chillido



Ese horrible chillido, me era bien conocido.
Sabía que no debían ser más de cuatro o cinco, seguramente bien armados y dispuestos.
Ella se escondió bajo la cama, no estaría segura mucho tiempo en ese lugar, de mi éxito o mi fracaso dependía su vida, que los dioses se apiaden de mí en esta oscura hora.
Desenvaine la espada…….uno, la puerta entre abierta………..dos

-¡Mirad ahí! ¡Salid desarmados y tendremos misericordia!-
Empuñe con fuerza………tres.
-¡Preparad las flechas!-
Respiré profundo…………cuatro.
Es la hora.

Cuatro saetas cortaron el aire frío de ese bosque invernal, de un rápido vistazo pude ver cuatro arqueros bien dispuestos y tres hombres con armaduras ligeras que se disponían a mi encuentro. El choque fue brutal, espada en una mano y daga en la otra comencé a batirme con cegada bravura sobre los rufianes.
Los arqueros no podían disparar sin arriesgarse a herir a sus propios compañeros, lo cual me daba un tiempo vital para sacármelos de encima con presteza
Un golpe, dos y tres, como cuando era un joven cadete del ejército imperial.
-La clave es respirar y atacar- pensé, mientras uno de ellos caía herido bajo mi espada.
Lo tome con uno de mis brazos y lo interpuse con rapidez entre mi y el siguiente ataque.
-¡Vamos! ¿Es todo lo que tenéis?- grite y de mi boca el vapor frío me daba el aspecto de un león arrinconado.
Los ataques se sucedían uno tras otro, y yo respondía con toda mi habilidad.
Los arqueros no tuvieron mas remedio que soltar sus arcos y desenvainar, tal y como yo lo deseaba.
A cada golpe mío, tres o cuatro cortes llovían como aguijonazos de escorpión.
Las heridas en mi cuerpo se sucedían, una tras otra y aunque era consiente de que estaba sangrando, mis enemigos también eran abatidos.
Tenia que luchar y vencer, era necesario, pero no podía soportar más golpes y aunque ponía todo de mí para derrotarlos su superioridad me abrumaba
-  ¡Debes huir! ¡Toma uno de esos caballos y vete!- le dije, mientras me colocaba entre mis enemigos y su única ruta de escape
-No puedo dejarte solo amor, no puedo dejarte así-
-¡Huye! ¡Yo te voy a alcanzar, te lo juro!- aunque sabia que no seria capaz de cumplir mi promesa.

La vi marcharse a galope tendido por el bosque, mientras una de las espadas rasgaba mi torso desnudo. La sangre corría caliente y mis gritos de guerra causaban un extraño temor en mis oponentes.
Una fiera acorralada, pelea con más bravura que una que se sabe vencedora.
Dos, tres, cuatro…ya no podía más.
La flecha se hundió suave y caliente en mi pecho.


La mazmorra era fría y goteaba.
Las ratas se regodeaban en algún rincón oscuro, mientras yo sentía que mi cuerpo entumecido ardía y dolía en muchas zonas.
La oscuridad era total y solo podía sentir los grilletes que me apresaban los brazos y los pies a una pared helada como el hielo.
Los días se volvieron meses, tal vez los meses se volvieron años.
No lo se….he perdido la noción del tiempo.
Solo el dolor y el aroma a coco de su piel bajo mis labios.
Solo un recuerdo fugaz que me mantiene con vida, inerte en esta horrible prisión.
El día de la ejecución a llegado.


A oscuras, con una venda cubriéndose los ojos, me han arrastrado desde las profundidades del castillo a una plaza principal.


-Se te acusa de asesinato, adulterio y tratos con los demonios- dijo una voz corrosiva
- Te acostaste con esa bruja asquerosa y asesinaste a tu noble señor a sangre fría, rechazaste a tu Dios y a tu honor, por la lascivia del Demonio-


No podía ver el rostro de mi acusador.

-Eres culpable....ahora arderás, ¡quémenlo!-

Sentí el calor que se elevaba debajo de mí, sentí sus labios besándome aquella noche, sentí el amor puro y real. Sentí el abrazo ardiente de la muerte en mí.
Sentí ese horrible chillido….



Era las seis de la mañana.
Mis ojos lánguidos se asomaron debajo de las sabanas, era otra fría mañana de invierno.
Estire la mano para apagar el maldito despertador, los rojos números marcaban el comienzo de un día mas y su espantoso chillido era lo único que me resucitaba cada día.
El café caliente, el periódico y sus apocalípticas noticias que almidonaban mi mañana.
Era un sueño peculiar, pero se había repetido muchas veces a lo largo de estos meses.
Y ella, su olor a coco fresco, su piel tersa debajo de mis manos.
Si solo fuera real, quizá solo era una ilusión más.
Tome mi abrigo, puse la llave en la puerta.
- Después de todo, ¿cual es la diferencia entre ilusorio y real?.
La puerta se cerró detrás de mí…

 Fin de la tercera parte.

Griel  08/07/11

Amor Ritual



Tras la luna de pálido estandarte
Sumisa, tras nubes de oscura presencia
Sumergidos en un bosque de misterios y magia
Te ame, allí, sobre la hierba

Tu silueta, felina y desafiante
Se contorneaba con intrigante destreza
Mientras mi torpeza de hombre enamorado
Te seguía detrás de tu lujuriosa niebla.

No fue difícil capturarte
Después de todo, esa era tu idea
La presa lista a ser devorada
La carnada limpia y fresca

Tu sexo, húmedo, palpitante
Gritaba sin tregua, pedía clemencia
Mi sudor corría, respiración jadeante
Te sentía tan cerca, cerca, cerca.

Nos movíamos en sinfonía majestuosa
Como el concierto de los planetas
Amantes nocturnos del fuego sagrado
En rituales secretos de antigua escuela

El arte supremo de fundirse entero
De evocar lo eterno, de forma secreta
Lenguaje en clave de dos cuerpos
Un solo idioma, una sola tarea

¡Por fin eras mía, bendita seas!
Diosa de los Avernos, Ninfa de los Bosques
Que descendiste de los cielos
Para tomar tu presea.

El pacto esta concluido
Ahora nuestro reino espera
Llevadme de la mano por los fuegos
¡Iremos a reinar juntos, Plutón nos espera!

Griel

Historias de Antaño Parte I: Castillo Oscuro



La sangre brotaba a mares, la veía correr entremezclada con el agua y el lodo.
Un relámpago ilumino el cielo y vi sus ojos, lo había travesado con la hoja de mi espada segundos antes de que el golpe de su hacha me cortara el cuello…

Mi ropa estaba sucia, mezcla de sudor frío, mezcla de días y días de marcha contra el viento, pero al fin….habíamos logrado llegar.
El castillo coronaba la parte más alta de un cerro, habíamos perdido muchos hombres en el trayecto, las embocadas habían sido numerosas….pero el príncipe deseaba no solo ese pedazo de piedra estéril y el oro que sus arcas encerraban….dentro de aquella fortaleza inexpugnable había otras riquezas a sus venerables ojos.
La belleza de la hija del hombre que gobernaba aquella región era grande.
Se dice que cientos de nobles habían pretendido su mano, adornándola con las más hermosas joyas, cumpliendo todos sus caprichos, pero nada podía complacer a tan refinada dama.
Nuestro Señor, la había deseado por años, después de mucho cortejarla, incluso prometió tierras de otras conquistas a su padre a cambio de la mano de su hija, pero nada conseguía que vuestras mercedes se doblegaran a su voluntad.
Así que marchamos a la guerra.

Tres largos días y sus interminables noches de sitio.
Nuestros hombres caían muertos a los pies de la muralla, el aceite hirviendo y las flechas arrasaban toda alma que intentara siquiera tocar las salientes del cerro para llegar. Luchamos y luchamos, palmo a palmo, embestida tras embestida para que sus puertas cayeran.
Y sabe el cielo que la puerta se estremeció.
Cabalgue entre mis hombres, gritando para ponerlos en formación.
Las piedras volaban y los gritos de dolor se escuchaban por doquier.
-¡Firmeza señores! ¡Que esto no es un baile de aldea! ¡Avanzad!!- mi voz cruzo la plaza principal de la fortaleza mientras cientos de hombres salían a nuestro encuentro.
Las fuerzas chocaron, como el agua de un río que desborda, la violencia me embriagaba. Mi señor se abría paso un poco mas detrás, buscaba un hueco para llegar al fortín principal, su mirada cargada de odio y lascivia era visible desde cualquier lado.
-¡A Nuestro Señor! ¡Por honor y por gloria! ¡Abridle paso!
Los defensores se desparramaban muertos, mientras nuestros arqueros terminaban con el resto de los que se disgregaban en las murallas.
Entramos al salón principal, mis dos hombres de confianza, mi Señor y yo.
Del otro lado, un grupo de soldados de elite.
Eran unos diez o doce, armados con pesadas corazas. Los labrados en sus pechos eran una torre enarbolada por dos águilas. Armados con espadas largas y grandes escudos salieron a nuestro encuentro.
Las hojas de nuestras espadas danzaban, mientras las chispas revoloteaban y los gritos nos envolvían.
De pronto, algo sucedió….mientras mi espada desgarraba el brazo de uno de mis oponentes, a mi derecha claramente, entre un largo cortinaje color púrpura, una pálida y delicada mano que se asomaba tímidamente.
Me separe del resto, mientras los gritos y los golpes se sucedían. Camine hacia la cortina de un violento golpe la arranque de su lugar.
Detrás, había un pasillo y sombras que se movían al final.
Sin pensarlo dos veces, fui detrás de ellos.
El pasillo al llegar al final subía por una larga escalera de caracol.
Subí y subí, el sudor me corría por debajo de la armadura, que parecía cada vez mas pesada a medida que trepaba a largas zancadas cada uno de los escalones. Mi espada firme en las manos, tenia que avanzar.
Al final una pesada puerta de madera, la abrí lentamente y detrás una pequeña habitación. Las llamas crispaban en la estufa, algunos libros en los aparadores y una enorme cama rodeada de tules de colores.
Di dos pasos, tres, cuatro.
-Por fin, te estaba esperando- una delicada voz lleno de dulce sonoridad el aire.
-¡Y yo a ti, hermosura!, ¡ahora me perteneces!- la ronca voz salio detrás de mi, jamás lo había escuchado, mi Señor, me había seguido en el fragor del combate y mis nervios no me habían dejado escuchar sus pasos por detrás de mi.
-Silencio bestia despreciable- pronuncio la delicada voz de la dama, a quien aun no habíamos podido ver claramente, pues se encontraba de pie a contra luz de la hoguera, que era lo único que iluminaba la pequeña habitación.
-Tú puedes volver con tus inmundos perros y largarte….es a El a quien yo esperaba- dijo ella.
-¿El? ¡Tu que demonios sabes! ¡Tu eres mía!-
De golpe sentí un frío que recorrió mi piel y un fuego helado embargo mi corazón.
Mis sentidos estaban dispersos, mi vista nublada…solo vi dos ojos color ámbar que brillaban entre la oscuridad.
Apreté mi puño, la espada estaba firme y sin saber aun como, de un giro me di vuelta y decapite de un solo golpe a mi Señor.
Aun recuerdo su pálida expresión mezcla de sorpresa, mezcla de terror cuando la hoja desgarro su yugular y me empapó en su espesa sangre.
Su cuerpo cayó pesadamente contra el suelo, la cabeza rodó escasos metros de mí.
-Ahora si, querido mío, podremos charlar con mayor tranquilidad….ponte cómodo, va a ser una larga noche-


Fin de la primera parte.

Griel

Transmigración





Te amé cuando la gran ciudad de plata se hundía
majestuosa en el gran mar.
Luego volví a amarte, abrazados por el sol
cuando nuestros hijos, erigían los sagrados templos
junto al gran río.

Volvimos a vernos, en la patria de Atenea
cuando la filosofía se gestaba ante nuestros ojos.
Roma nos vio amarnos otra vez lujuriosa
bañada en la ambición de los cesares.

El mesías recorría la tierra
y nuestros cuerpos, nuestras lenguas
se recorrían mutuamente
en algún lugar del vasto imperio.

Ni aun en la Edad Oscura pudimos escapar
al circulo maldito, de encontrarnos siempre.
Como hermano, amigo u amante

Las hogueras encendidas, nuestros cuerpos también
escapando del Averno, de la voluptuosidad del ser.
Intentando encontrarnos, sin saber un porque.

La cristiandad se expandía,
como un fuego sagrado
Nuevos mundos eran hallados
testigos de un nuevo ser.

Las grandes guerras nos golpearon,
morir y volver a vivir.
Otras hogueras se encendieron
y entre libros, nuestro amor volvió a vivir.

El padre tiempo implacable,
ahogados en una espiral
de amor y odio,
reencarnados en una atracción fatal.

Miseria y dicha es lo que tendrás
por tus servicios a la eternidad
viajero del tiempo, testigo fugaz
de miles de vidas que no volverán.

¿Y al final del camino
la Ascensión vendrá
o el abismo, que mas da?
¡Vive y muere, busca la verdad!.

Griel