25 de enero de 2012

Cuatro versos de verano y una guitarra que llora


Me voy, en una dulce brisa
En un suspiro lejano
En un anhelo escondido
En un recuerdo alejado

Me voy en el sutil sueño de una guitarra lejana
En las hojas de otoño cayendo serenas
En los caminos de tierra
Que levantan su polvareda

Entre luces y sombras
De un concierto que termina
Me voy, lento y tranquilo
Entre aplausos que se marchitan

Con el calor de un ocaso
Y el frío de la tardecita
Me voy, dulce niña
Con el sonido fugaz que se precipita

Abrazado a mis sonetos
Bañado en la dulce prisa
De saber que me voy y siempre vuelvo
De saber que la música siempre me resucita.

Griel

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.